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miércoles, 3 de agosto de 2011

Capitulo 1 parte 1/2

Noche de  luna llena, la luna se reflejaba en el agua transparente de una piscina, los árboles movían sus hojas a causa del débil viento, y en lo alto de una casa, estaba ella, asomada en la cuadrada ventana de una habitación, su habitación, observando aquel paisaje .Su gran melena castaña también se movía a causa del viento, y sus grandes ojos verdes contemplaban aquella luna.
Una voz rompió el encanto.
-¡Dana! , acaba de llamar Macarena me ha dicho que viene a por ti dentro de 10 minutos, que te tiene que contar algo muy importante…¡Ah! y que te pongas zapatos planos.
Su hermana, Sandra, daba órdenes como nadie, siempre lo decía todo a la perfección.
-Vale Sandra.
Dana cerró la ventana y se puso una camiseta rayada con unos vaqueros junto a sus nuevas zapatillas.
Cerró la puerta de su habitación y bajo al salón.
-¡Me voy Sandra! Dentro de un rato estoy aquí.
-¡Mas te vale!, recuerda que mañana tienes la prueba de piano y debes estar bien despejada a si que esta noche ven pronto, por cierto ¿Te has puesto zapatos planos?
-Si lose ¿Como lo iba a olvidar? Estaré aquí pronto tranquila, y si me ¡he puesto zapatos planos! – dijo Dana riéndose.
-Vale hermanita, hasta luego.
Dana salió por la puerta y se sentó en las escaleras del porche.
Al rato una luz le cegó por completo.
-¡Daaaaaaaaaaaaan! – una graciosa voz resonó en el jardín.
-¿Macarena? – dijo Dana aun cegada por la luz.
-Estoy aquí cegata ¿que no me ves? – dijo Macarena mientras movía los brazos.
-A si, perdóname, me habías cegado con tu gran luz, que por cierto ¿de donde sale?
-¡Yuhu! Ya te has dado cuenta, pues esta luz sale de mi ¡Nueva bicicleta! –dijo Macarena emocionada.
Dana se levanto a prisa de los escalones y fue corriendo a ver la bicicleta nueva de su amiga.
-¡Guau! , me encanta, ¿te la han regalado por tu cumpleaños? Les tendrá que haber costado una pasta a tus padres…
-Ya ves, ¡es genial! Y ahora la vamos a estrenar bien.
-Claro, eso te iba a preguntar, donde vamos y a que.
-Pues vamos al mirador del pueblo, hoy se verán muchísimas estrellas y es un gran lugar para contarte esa cosa tan importante.
-¡Pues venga súbete! – dijo Dana graciosa.
-¡Vamos!
Las dos se subieron a la bicicleta y recorrieron las iluminadas calles del pueblo por las luces tenues de las farolas, calle de los molinos, calle del viento, Calle de la Iglesia y al fin llegaron a su destino, Calle del Lago.
-Hemos llegado.
Dana se bajó de la bicicleta con cuidado, mientras la observaba.Macarena aparcó la bicicleta y la dejó a un lado de la calle.
La noche era aun más preciosa en aquel mirador, las estrellas brillaban como nunca y los grillos cantaban, a lo lejos se veían pequeñas luces brillantes de pueblos lejanos y ellas sentadas en unos pedruscos lo contemplaban todo.
-¿Y bien? ¿Que era lo que querías contarme?
- Anoche, recibí una llamada anónima.
Macarena miró a Dana.
Dana preocupada le paso el brazo por encima a su amiga por si lo que le iba a contar era algo malo.
-¿Y quien era?
-Era la voz de un chico, el caso es que me resultaba familiar, pero no lograba adivinar quien era.
Me dijo que saliera al mirador del pueblo sin nadie que me acompañara y que me quedará allí.
-¿Y que hiciste? – Dana preocupada miró a su amiga sin dejar de pensar que ella estaba allí y no le había pasado nada.
-Bueno, ya sabes soy muy curiosa – dijo graciosa Macarena.
-Pues me fui con mi perro, el seguro que no decía nada a nadie y seguro que también me defendería, y cuando llegué al mirador no había nada ni nadie y me senté justo en este pedrusco.
Espere media hora y nada, cuando me levanté me apoye en esta valla.
Macarena hizo levantar a su amiga y le mostró la valla.
En letras blancas y grandes había gravado un mensaje: ‘’Feliz cumpleaños Macarena, te quiere C ‘’.
Dana abrió los ojos como platos y abrazó fuertemente a Macarena.
-¡Charlie! ¡C de Charlie! – dijo Dana mientras saltaba abrazando a su amiga
-Sí
-¡Yuhuuuuuuuu! ¡Por fin! ¿Y que pasó después? ¡Cuenta!
Macarena emocionada empezó a contarle lo que pasó después.
-Después llegué a mi casa y en la puerta estaba el con un ramo de rosas y un pequeño paquete en la mano.
Dana miraba sin perder detalle a Macarena.
Fui corriendo hacia a el y le abracé fuerte.
Dana empezó a aplaudir como loca y empezó a gritar: ¡Si señor! ¡Que viva! ¡Que viva mi gran amiga Macarena!
Macarena empezó a reír y empezó a pegar golpes a su amiga para que callase.
-Me callo, pero… ¡sigue contando!
-¡Tranquila, si es que no me dejas! – dijo Macarena mirando mal a su amiga.
-Bueno pues abrí el paquete, y dentro había ¡Una preciosa pulsera de plata!
Macarena levantó su mano mientras giraba la muñeca mostrándole su pulsera a Dana.
Dana volvió a abrir los ojos como platos.
-¡Pero que suerte tienen algunas!
-Bueno, después nos sentamos a hablar y me hablo de ti.
-¿De mi? ¿Cómo? ¿Por que?
-No se, me dijo que te trajera aquí esta noche, y bueno eso hice, a si también podía contarte la historia mejor.
-Dana se quedó pensando un rato.
Un ruido extraño rompió sus pensamientos, algo se movía entre las plantas.
-¿Macarena, no te olvidaste al perro por aquí no? – dijo Dana intentando de romper el hielo.
-No que yo sepa…

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